«Creo que es algo que nunca entenderás, tú, camarada, de Vallecas de Madrid, barrio obrero, discriminado y estigmatizado, empobrecido y acosado, sí, pero dónde vuestra lengua no está nunca amenazada. Tú compartes con tus agresores el mismo idioma, podéis hablaros, hasta insultaros, nunca te harán sentir inferior ni tratarán de avergonzarte por hablar la lengua que hablas; nunca ningún policía te va a pegar, o detener, o multar, por esta razón. A vuestros padres no les pegaban en la escuela por eso.
»Nunca sentirás la humillación y la impotencia que se siente cuando, sin mirarte a la cara, el funcionario de turno te diga “no te entiendo”, y pase de atenderte porque él habla la lengua principal, y tú la secundaria. Y sin otro remedio, te llenes de orgullo y dejes aquella gestión para otro día, o aceptes que tú, tu lengua, tu familia que te la ha enseñado, tus hijos que la aprenderán, todo el relato de tu vida construido a partir de esa lengua, todo eso, de golpe, vale menos que la suya, que la del funcionario, del médico, del policía: del estado. Y que como lo importante es que las cosas se hagan, no quedará otra que hacerla a su manera, es decir, en español.
»Tú nunca sentirás todo eso, porque eres español.
»A ti y a tus vecinos de Vallecas, os perseguirán y avergonzarán por ser trabajadores, inconformistas, rebeldes, combativos, contra los recortes y la injusticia de éste estado: por ser diferentes de «la casta» (¡qué gran hallazgo, camarada!) que actualmente secuestra el poder. A nosotros, además, también nos persiguen por hablar catalán. Por ser diferentes, a secas. [...]
»Y en esta lucha, ¿de qué lado estarás, tú, camarada Pablo Iglesias?»
(Extractat del blog d’Amadeu Corbera Notes i apunts, 19 gener 2015)
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